El programa de Estimulación Cognitiva a Distancia se quedará finalmente estable en nuestro PAT-CITEA
Nos lo cuenta María José Sumariva, neuropsicóloga:
Cuando se diseña un programa de estimulación cognitiva, es necesario realizar previamente una evaluación neuropsicológica completa que nos permita diseñar un sistema de trabajo adaptado a las necesidades del/la paciente.
La presencia del/la neuropsicólogo/a en la valoración es esencial, ya que permite extraer información tanto medible por las propias pruebas como las observaciones que vaya realizando durante la evaluación. Por tanto, la evaluación neuropsicológica siempre se hará de forma presencial e individual. Tras la valoración, comienzan las sesiones de tratamiento que son habitualmente presenciales e individuales en el centro sanitario. No obstante, según los recursos disponibles en la actualidad y las diversas metodologías conocidas, podemos diversificar la forma de aplicación de los programas de estimulación cognitiva.
Una de las formas de flexibilizar la intervención es el desplazamiento del/la neuropsicólogo/a al domicilio del/la paciente, reduciendo en este caso posibles resistencias a asistir a un entorno de carácter sanitario, como las molestias que le pueda ocasionar que se incorpore este tipo de actividades a su rutina.
Asimismo, otra de las modalidades dentro de los programas de estimulación cognitiva es la terapia grupal en el centro, aportando así un valor añadido en cuando al carácter social que se incorpora, como la posibilidad de desarrollar dinámicas grupales y la influencia positiva entre los asistentes.
Otra forma de ofrecer una mayor flexibilidad en el tratamiento es la modalidad a distancia. Este tipo de programas son adecuados para pacientes que se encuentren en un grado de deterioro cognitivo leve o incluso aquellas personas que no muestren síntomas propios de un diagnóstico pero requieran de una intervención de carácter preventivo ante su preocupación por la posible presencia de deterioro en el futuro. Esta metodología permite una mayor comodidad ya que el/la paciente no se encuentra delimitado a trabajar en el horario marcado por las citas preestablecidas en agenda del/la neuropsicólogo/a ni se ve obligado a desplazarse al centro salvo en las valoraciones, tanto inicial como de seguimiento. En este caso, el/la paciente podrá adaptar las tareas diseñadas a su rutina diaria, ofreciendo una mayor sensación de control ante sus actividades y rutinas diarias.
En esta modalidad, se puede combinar el trabajo a lápiz y papel tradicional junto a la configuración de una serie de ejercicios a realizar en una aplicación de estimulación cognitiva mediante el uso de tablet u ordenador. En ambos casos, aunque el/la neuropsicólogo/a no esté presente durante el desarrollo de actividades, realizará una supervisión continua del rendimiento como una revisión de las tareas de forma periódica, de manera que los tipos de actividad acompañen a la evolución del/la paciente. Dicha supervisión es facilitada, por una parte, por los registros aportados por la propia aplicación como aquellos contactos telefónicos y/o por videollamada que realice con el/la paciente. Por tanto, éste se sentirá acompañado en el proceso pero sin la obligación periódica de asistencia ni horarios fijos.
Por tanto, es importante que las metodologías se adapten y evolucionen en función de las diversas necesidades encontradas en el/la paciente, tanto por su perfil cognitivo como por sus rutinas. De igual forma, toma relevancia la continua exploración de recursos disponibles, adaptándonos a los avances tanto técnicos como tecnológicos que favorezcan un tratamiento más atractivo y asequible para los pacientes y sus familias.
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