¿Qué hacer ante las pérdidas de memoria?

Principalmente hay que diferenciar si esas pequeñas pérdidas de memoria, pequeños despistes u olvidos de la cotidianiedad, corresponden al envejecimiento normal o pertenecen a un deterioro leve de la memoria. Este deterioro leve no tiene por qué significar la relación con una demencia.

Deben realizarse pruebas de neuroimagen para observar la actividad cerebral y diferenciar también si pertenece a la evolución normal del cerebro y no a una patología neurológica. Esta difererenciación también puede observarse a través de pruebas de neuropsicología, mediante test clínicos, como por ejemplo el Test Barcelona u otras reconocidas.
Esta prueba va a detectar en profundidad y de forma clínica la cualidad de esas pérdidas de memoria, lenguaje, tipos de memoria, reconocmiento, orientación etc, todas aquellas funciones mentales superiores que se verán afectadas en el transcurso de una demencia.

Si se considera que las pérdidas de memoria pertenecen al envejecimiento normal se deben realizar ejercicios de memoria y del resto de funciones mentales para fortalecer el cerebro, así como llevar una dieta sana y realizar ejercicio físico, todo ello diariamente.

En el caso en el que se considere que las pérdidas de memoria pertenecen a un deterioro cognitivo leve, la estimulación de las funciones mentales debe realizarse con mayor profundidad y control, con el objetivo de intentar evitar que ese deterioro se convierta en demencia, sea alzheimer o alguna otra.

En el caso de que el deterioro pertenezca ya a una enfermedad por demencia el tratamiento debe ser combinado entre acetilcolinesterasa y estimulación cognitiva especializada, debido a que ya se ha instaurado la enfermedad y el objetivo es minimizar el daño cerebral, mantener las funciones que están consevadas e intentar ralentizar el progreso natural de la enfermedad.

Puedes conocer aquí qué es la estimulación cognitiva, tratamiento fundamental para las pérdidas de memoria.