La reserva cognitiva es un interesante concepto que explica por qué hay personas que sufren una demencia tipo Alzheimer y sin embargo no muestran síntomas de la enfermedad. En este artículo de nuestra especialista en neuropsicología repasamos en qué consiste y te explicamos qué factores influyen en ella.
Qué es la Reserva Cognitiva
Desde la década de los 80 se viene observando a numerosas personas mayores que fallecen sin aparentes síntomas de demencia, aunque estructuralmente ocurre todo lo contrario. Concretamente, su cerebro evidencia que tiene Enfermedad de Alzheimer y su comportamiento es el de una persona sana. No presentan problemas de memoria y se mantienen independientes hasta el final de sus vidas. No obstante, estas personas muestran en promedio un cerebro de mayor tamaño que el resto de sujetos estudiados, y los investigadores que han trabajado en este ámbito concluyen que la mayor masa encefálica los protege, creando una ‘reserva cerebral’ que retrasa la aparición de los síntomas clínicos de la enfermedad.
Así pues, este concepto se ha utilizado en el campo de la investigación de la Enfermedad de Alzheimer y en el envejecimiento normal para explicar esta falta de correspondencia entre las características clínicas de los pacientes y los hallazgos neuropatológicos. Este concepto hace referencia a que, ante la misma cantidad y tipo de daño cerebral, las personas que tienen mayor reserva cognitiva activan mecanismos que compensan el daño.
Factores que aumentan la Reserva Cognitiva
A continuación se exponen algunos factores que parecen incrementar la reserva cognitiva:
- Nivel educativo: a más años de estudio, mayor reserva cognitiva.
- La actividad intelectual: es según la bibliografía la variable más importantes para la formación de la reserva cognitiva.
- Ocupación: no solo el tiempo que dedicas a trabajar importa, sino también el contenido del trabajo. Si es intelectualmente demandante, la reserva cognitiva será mayor.
- Tiempo libre: las personas con más intereses y que participan en más actividades de ocio, parece que también contribuyen a su reserva cognitiva.
- Características innatas: hay personas que nacen con capacidades que favorecen una mejor reserva cognitiva.
Ahora bien, la reserva cognitiva no es algo material, no es algo que se pueda ver mediante una prueba de neuroimagen. Es un concepto que intenta explicar un fenómeno.
En este sentido, se han propuesto dos hipótesis sobre las bases cerebrales de este fenómeno. Por una parte, la hipótesis estructural o pasiva defiende que la capacidad del cerebro de sobrellevar el daño patológico se da gracias a un mayor volumen cerebral, así como un mayor número de neuronas y conexiones sinápticas. Ha sido llamada reserva cerebral. Por otra parte, el estudio del componente funcional o activo de la reserva cognitiva pretende estudiar las estrategias alternativas utilizadas por algunos pacientes para seguir rindiendo clínica y funcionalmente a pesar del proceso patológico subyacente.
Siguiendo en esta misma línea, la reserva cognitiva, más que un proceso normal utilizado por el cerebro sano, representaría un mecanismo de compensación que el cerebro desarrolla a lo largo de la vida, pero que sólo es funcional ante las limitaciones que impone la patología o el deterioro natural de la edad.
Reserva cognitiva y avance de la enfermedad de Alzheimer
En conclusión, no existe una relación directa entre la severidad del cuadro clínico de la demencia tipo Alzheimer y el grado de daño constatado en el tejido cerebral en los estudios post-mortem. Tener una mayor reserva cognitiva requiere mayor grado de patología antes de que comiencen a afectarse las funciones cognitivas, pero una vez que la afectación alcanza un determinado “umbral”, no se dispone de ningún sustrato para que la reserva actúe y se hacen visibles los síntomas clínicos de la enfermedad.
Alba Sánchez Moya
Psicóloga. Especialista en Neuropsicología en CITEA.