Un duelo anticipado invisible para todos

Los cuidadores son personas casi invisibles para el sistema de salud, y casi invisibles para muchos de los familiares, son personas que casi en silencio y sin saberlo, están tramitando un desconocido duelo por el fallecimiento del familiar con demencia que aún no ha fallecido.

El duelo implica tener que hacer una adaptación emocional ante algo que se pierde. Lo que se va perdiendo en este contexto poco a poco son muchísimas cuestiones complejas, como la relación que antes se mantenía con el familiar enfermo, se pierde personalidad, su forma de ser y es el cuidador quien lo va viendo de cerca. El duelo también se va haciendo ante la pérdida de la memoria, los recuerdos comunes se van perdiendo. Los duelos son tan invisibles como profundos, numerosos cambios difíciles que se van dando en la relación entre el cuidador y su familiar enfermo.

La enfermedad es difícil de aceptar, hay familiares que no la asumen, que la niegan, o que son resistentes y se desentienden, que no creen el diagnóstico. Por ello es difícil organizar el sistema de cuidados, porque no se sabe realmente qué es la demencia o qué se debe hacer, qué se necesita o dónde, son todos ellos una multitud de inconvenientes que surgen y que no tienen respuesta inmediata. Todas estas cuestiones son hasta más fáciles de encarar que este duelo anticipado.

Ante tan amplias necesidades de cuidado, en el cuidador surge «la culpa»: estaré siendo suficiente?… lo estoy haciendo bien?… no puedo atender mis propias necesidades porque mi familiar enfermo está peor que yo… no me puedo permitir tomarme un respiro…

Son complejos de tramitar tantos sentimientos que emergen ante esta situación tan difícil del cuidado. A menudo también surgen sentimientos contradictorios verdad? deseos de cuidar lo mejor posible y deseos de desaparecer. La comunicación con el familiar se va deteriorando, la relación se va quedando muda.

Por todo esto duelar es inevitable, pero mejor hacerlo acompañado no? Para ello en CITEA apoyamos con terapia individual específica para el duelo, con terapia de familia y con grupo de ayuda mutua para cuidadores. Para ayudar lo mejor que podamos.