El diagnóstico de Deterioro Cognitivo Leve se da en un momento donde la demencia no se ha instaurado. La Estimulación Cognitiva es la terapia de elección para prevenirla. La Plasticidad Cerebral es la característica del cerebro que permite la regeneración celular
El deterioro cognitivo no se presenta en la persona como un continuo. Según la edad, el nivel cultural y las ocupaciones que tenga la persona en su rutina diaria, los signos de sospecha serán más o menos visibles, hasta llegado un momento en el que el diagnóstico se confirma: Deterioro Cognitivo Leve. Es un momento especialmente sensible, en donde podemos trabajar para que éste no evolucione negativamente y podamos encontrarnos ante la antesala de la Demencia: Alzheimer, Frontotemporal, Cuerpos de Lewy, etc.
A veces la evolución es inevitable, pero sí se puede ralentizar. Las Terapias No Farmacológicas, concretamente la Estimulación Cognitiva Preventiva, resultan muy eficaces y consiguen retrasar el posible deterioro que pueda avanzar.
La Estimulación Cognitiva consiste en ejercitar aquellas capacidades que aún se conservan y a su vez, aquellas que presentan un cierto deterioro. En este caso, en el Deterioro Cognitivo Leve encontramos afectada la Memoria Inmediata. Es, por tanto, un método eficaz para aumentar la Reserva Cognitiva y fortalecer los circuitos neuronales implicados en procesos tan comunes como planificar una tarea, recordar un evento reciente o comprender la lectura de un texto. Este tipo de terapias se configuran tras una Evaluación Neuropsicológica minuciosa, que permite elaborar un perfil cognitivo, donde se establecen los niveles de rendimiento de todas las áreas cognitivas empleadas en el funcionamiento cerebral cotidiano.
Es conveniente realizar una rutina estimulante, con actividades diversas, interacción social, etc. No obstante en casos de Deterioro Cognitivo Leve es esencial la realización de este tipo de terapia que permita ejercitar nuestro cerebro y retrase un posible avance de las dificultades encontradas en nuestro día a día.
La plasticidad cerebral es una característica fundamental sobre la que se basa la terapia de estimulación cognitiva porque permite al cerebro regenerar células, para reestructurarse y seguir asumiendo funciones (memoria, reconocimiento, lenguaje etc).
Aunque la plasticidad cerebral en casos de Deterioro Cognitivo Leve sea menor que en un cerebro sano, sigue encontrándose presente. No debemos pensar que el cerebro es una parte del cuerpo estática durante toda la vida sino que en un envejecimiento normal se van perdiendo capacidades, aunque sean más notables en un proceso de Deterioro Cognitivo. No obstante, gracias a la plasticidad cerebral el cerebro tiene la capacidad de poner en marcha nuevos circuitos de actividad que permitan compensar las dificultades actuales.
Esta capacidad del propio cerebro puede ir a nuestro favor ante este tipo de terapias aunque el factor temporal. Cuanto mayor deterioro presente la persona menor plasticidad encontramos y menos capacidades podremos trabajar y mantener. Esta es la razón por la cual mientras antes se realice la estimulación cognitiva mayor capacidad tendrá el cerebro de fortalecerse. Este tipo de terapias se recomiendan lo más precozmente posible y es conveniente que sean programadas por un Neuropsicólogo o Neuropsicóloga para asegurar la eficacia.
Con ello, se podrán potenciar las capacidades y desarrollar estrategias que faciliten el día a día y nos proporcionen mayor calidad de vida.